La ciencia debe servirle al pueblo como instrumento para buscar soluciones propias, ade- cuadas y sostenibles a sus problemas y al hacerlo, mejorar la calidad de vida de todas las personas. Ese instrumento debe ser inclusivo y amplio, es decir, debe desarrollarse sobre la base de que toda persona tiene el derecho de acceder a los productos de la investi- gación científica y de las tecnologías derivadas, y de que toda persona tiene el potencial de generar nuevos conocimientos.
La realidad en Costa Rica es muy lejana del ideal de una ciencia propia, endógena, como instrumento para el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas. Tres prob- lemas fundamentales caracterizan esa realidad.
Primero, el bajo nivel de formación de las personas que egresan de la educación diversi- ficada en áreas esenciales para la ciencia, como la matemática, el razonamiento científico, el razonamiento crítico y los principios de las ciencias naturales y de las ciencias sociales.
Segundo, la escasa inversión nacional en ciencia y tecnología, acompañada de políticas públicas poco claras para guiar el desarrollo articulado del sector. Esto va acompañado de una distribución excluyente y por tanto no equitativa de los escasos recursos disponibles; se tiende a financiar lo que se considera económicamente rentable en el corto plazo, y no se proveen mecanismos suficientes para la transferencia de conocimientos y tecnologías a la sociedad.
La inversión en desarrollo científico y tecnológico es insuficiente, excluyente y fraccio- nada. Proviene casi en su totalidad de fondos del Estado y de una muy pequeña partici- pación del sector privado nacional. No cubre las necesidades de financiamiento de toda la comunidad nacional, ni siquiera las de las y los investigadores que trabajan en áreas que en la política pública han sido establecidas como prioritarias.
El país ha invertido en investigación y desarrollo en la última década una cifra menor al 0,4% del Producto Interno Bruto, mientras el promedio de inversión de los países pert- enecientes a la OCDE es superior al 2,5%. Es decir, que Costa Rica invierte aproximada- mente una exigua sexta parte del promedio.
La inversión es excluyente en tanto que grupos consolidados de investigadores científi- cos de áreas distintas a las que los gobiernos de turno han definido como prioritarias no tienen acceso a fondos para sus investigaciones. Es notoria la exclusión del acceso a esos fondos de las comunidades de investigación en las ciencias sociales y las humanidades; hay una clara preferencia por financiar proyectos y otras actividades en las ciencias aplica- das y las ingenierías, siempre bajo un criterio de rentabilidad. La exclusión de áreas com- pletas del conocimiento, esenciales para el análisis crítico, la discusión y la comprensión de los problemas nacionales no tiene justificación. El Frente Amplio no niega la importan- cia de las comunidades de investigación que sí se benefician de fondos del Estado, como las ciencias de la salud, las ciencias exactas, o las ingenierías; todo lo contrario. Pero no se pueden excluir áreas cruciales para la incorporación ética, apropiada y sostenible de los beneficios de la ciencia y la tecnología en la vida de todas las personas.
El modelo de financiamiento es además excluyente en el sentido de que los grupos de investigación en Costa Rica entran en desventaja al intentar colaborar con pares extran- jeros, porque no cuentan con el apoyo institucional y financiero necesario. Esto limita su participación y provoca con frecuencia que estos no reciban el mismo crédito ni recon- ocimiento que sus pares de otros países por sus logros. También promueve que las y los investigadores dejen el país, en busca de mejores oportunidades, en países donde les ofrecen mucho mejores condiciones de trabajo.
La inversión es también fraccionada, porque los fondos provenientes del Estado no cubren la totalidad de los costos de la investigación, lo que obliga a las personas investi- gadoras a usar gran parte de su tiempo en la búsqueda de otras fuentes de financiamien- to.
Tercero, la falta de articulación de la comunidad científica nacional, es decir, la falta de cohesión y de trabajo colaborativo entre grupos de investigadores, instituciones y en- tre estos y los sectores beneficiarios de la investigación y el desarrollo. La transferencia efectiva de los beneficios de la ciencia y la tecnología a la sociedad solo puede lograrse cuando las comunidades de investigación están fuertemente articuladas, y pueden por tanto proveer esos servicios de forma coordinada, colaborativa y efectiva.
El problema del financiamiento de la ciencia y la tecnología descrito antes es una de las causas de la falta de articulación de los grupos de investigación del país en redes de colaboración. La mayor parte de los grupos de investigadores del país trabajan solos u ocasionalmente con uno o unos pocos pares en otras organizaciones en el país o en el extranjero.
Esto solo se puede resolver por la acción conjunta y colaborativa, no confrontativa como ha sido la pauta en los últimos años, de las universidades y las instituciones estatales de promoción de la ciencia y la tecnología.
Pero la falta de articulación, además de limitar las probabilidades de éxito de los grupos de investigación, limita su capacidad para vincularse de forma sostenida en el tiempo con la sociedad costarricense. La vinculación universidad-sociedad es indispensable, la expe- riencia demuestra que es una forma efectiva y muy valiosa de llevar los beneficios de la investigación a las comunidades del país.
Por otro lado, la mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas de capital nacional deben luchar para sobrevivir sin apoyo estatal y en un mercado en el que la competencia con las grandes empresas es abiertamente injusta. El programa PROPYME del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, que busca promover la innovación en la in- dustria local, no llega más que una pequeña parte del sector, en particular a empresas de base tecnológica o que pueden convertirse en tales; las demás prácticamente no tienen ese acceso.
El Frente Amplio cree firmemente en el beneficio de la ciencia y la tecnología para todo el sector empresarial privado del país; con énfasis en el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas de capital costarricense y de iniciativas de economía social solidaria.
Considerando esta situación, proponemos:
- Asegurar la integración, en los programas educativos en todos sus niveles previos a la educación superior o a la educación técnica, de dos ejes transversales: uno de formación técnica y científica, para el desarrollo del razonamiento crítico y del razonamiento científi- co, y el fortalecimiento de conocimientos matemáticos y de las ciencias naturales y socia- les; y otro de formación integral y humanista, con particular énfasis en las áreas especial- izadas en ciencia y tecnología. Ambos ejes deben permitirle aproximarse a la solución de problemas desde una perspectiva más amplia y crítica.
- Promover iniciativas de inserción de grupos de la población tradicionalmente excluidos o en desventaja en el acceso a carreras y al campo laboral en las áreas de la ciencia y la tecnología, con un enfoque intercultural y de género; en particular las mujeres, la comuni- dad LGBTIQ+, las personas con discapacidad, las personas excluidas del sistema educati- vo, las comunidades con escaso acceso a la infraestructura tecnológica del país, como las comunidades de los pueblos indígenas y las personas migrantes. Estos programas deben promover que las personas con esta formación se conviertan en líderes en sus propias comunidades, para promover un desarrollo contextualizado.
- Promover iniciativas de alfabetización digital crítica a nivel nacional, para eliminar brechas de acceso a tecnologías digitales y para hacer conciencia de las responsabili- dades que las personas ciudadanas tienen al incorporar las tecnologías digitales, así como brindarles las capacidades para hacer valer sus derechos.
- Reformar las leyes de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico (7196) y de Creación de la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación (9971) para garan- tizar a toda la población un acceso equitativo a los fondos estatales para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, y para garantizar que las políticas públicas que emanen de las instituciones a cargo de tales fondos sean inclusivas y amplias.
- Dotar a las instituciones encargadas del financiamiento estatal de la ciencia y la tec- nología de los mecanismos y recursos necesarios para garantizar que los beneficios de esas actividades lleguen efectivamente, en el menor plazo posible, a toda la población que los necesita para mejorar su calidad de vida, en especial a través del entramado de micro, pequeñas y medianas empresas de capital nacional, así como iniciativas de economía social solidaria.
- Regionalizar la infraestructura de redes de comunicación del país y universalizar su acceso como derecho humano.